Con el
concepto de "relación" vienen expectativas, recuerdos de relaciones
pasadas, y además conceptos mentales
condicionados personales y culturales de lo que una "relación"
debería ser.
Cómo nos relacionamos, o mejor dicho cómo de bien amamos, depende de lo vacíos que estamos de ideas, conceptos, expectativas.
Lo que convencionalmente llamamos
"amor" es una estrategia del ego para evitar rendirse.
Estás buscando a alguien para que te dé eso que sólo puede venirte en el
estado de rendición. El ego utiliza a esa persona como un sustituto para no
tener que rendirse. Para el ego, amar y querer
(desear) son lo mismo, mientras que el amor verdadero no tiene ningún deseo, ningún deseo de
poseer o que tu pareja cambie. El ego escoge a alguien y lo hace especial.
Utiliza a esa persona para tapar el constante sentimiento subyacente de
descontento, de "no suficiente", de ira y odio, que están
estrechamente relacionados entre sí.
Cuando el ego escoge algo y
dice "yo amo" esto o aquello, es un intento inconsciente de ocultar
o eliminar los sentimientos profundos que siempre acompañan al ego:
el descontento, la infelicidad, la sensación de insuficiencia que es tan
familiar.
Por un tiempo, la ilusión realmente funciona. Pero entonces,
inevitablemente, en algún momento, la persona que has elegido, o has hecho
especial a tus ojos, deja de funcionar como una tapadera para tu dolor, el
odio, el descontento o la insatisfacción que tienen su origen en la sensación
de insuficiencia y de sentirse incompleto. Entonces, surge la sensación que
estaba oculta, y se proyecta sobre la persona que había sido
elegida y hecha especial – quien pensabas que en última instancia iba a
"salvarte".
De repente, el amor se convierte en odio. El ego cree que esta persona es la causa del dolor. No se da cuenta de que el
dolor es el sentimiento universal de no estar conectado con el nivel más
profundo de tu ser – no ser uno con uno mismo.
El objeto del amor es intercambiable, tan intercambiable como el
objeto del deseo egoico. Algunas personas pasan por muchas relaciones. Se
enamoran y desenamoran muchas veces. Aman a una persona por un tiempo hasta que
ya no funciona, porque ninguna persona puede de forma permanente ocultar ese
dolor.
Eckhart Tolle